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Lo que significa ser la mujer correcta en el momento equivocado

Pensamientos, por Valeria Chavez

Quizá no hubiese funcionado nunca, nadie sabe.

Quisiera haberte conocido en otro momento, en otra vida quizá. Cuando nuestros corazones sean más grandes y con unas almas transparentes. En un momento donde la vida nos permita conocernos de nuevo y enamorarme de un nuevo tú, y tú de una nueva versión de mí misma.

Me queda la seguridad de que todo sucede por una razón. Aunque inexplicable por ahora, pero sí estoy segura de que existe algo más grande que ordena y le da a todo su lugar indicado: el tiempo. Y, si este no nos une, entonces, me quedaré con la satisfacción de que al menos valió la pena haberlo intentado.

Pues confío que, con el tiempo, te recordaré con cariño, quizás con amor, pero con ese amor limpio, humilde, sincero. No ese amor celoso, ni rencoroso; pues dicen que si algo te hizo feliz en algún momento, entonces no fue un error. Y, para mí, no fuiste un error. Planeo recordarte así, sin dolor ni rencor. Y espero que tú también hagas lo mismo, pues sé que nunca te hice daño.

Lamento ser yo la circunstancia, quien te ayudó a crecer. Quien te ayudó a ser ese hombre maravilloso que estás destinado a ser, cuando tú lo desees, pero que yo no podré disfrutar. Lamento ser yo la novia perfecta para el novio incorrecto, y quien te ayudó a valorar lo que otros hacen por ti.

Lamento ser yo la mujer correcta en el momento equivocado, pues aún eres un niño, un niño que antes veía como hombre y que decidí dejar ir para que creciera, pero sin saber que no sería yo quien viera ese proceso.

Lamento ser yo la amante aprendiz para la experiencia, pues quizás fue a ti quien le faltó paciencia para aprender que el amor no se hace con el cuerpo, sino con el alma. Lamento ser yo, la persona que te cambió, pues quizás no sea yo quien viva tus cambios. Lamento ser yo, la mejor amiga que marcó expectativas, pues quizás no sea yo quien las cumpla.

Quizás no te dije suficiente, o quizás dije de más. Incluso, nunca terminaré de expresarme; pues es irónico que un corazón roto aún tenga tanto por decir. Pero ojalá puedas comprender que lamento ser yo quien quisiera conocerte en otro tiempo.

Lamento ser yo la mujer correcta en el momento equivocado.

“Original del mismo autor, publicado previamente en la revista UPSOCL”

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